Hola, soy Ricardo.
Trabajo como psicólogo clínico y acompaño, principalmente, a jóvenes adultos que viven con ansiedad o están atravesando desafíos emocionales y sexoafectivos. Muchos de quienes me buscan son hombres o personas de la comunidad LGBT+ que están aprendiendo a habitarse con más libertad, menos juicio y más presencia.
Sé que abrirse no es fácil. Que pedir ayuda puede sentirse incómodo o incluso innecesario. Pero también sé —porque lo he vivido, y lo veo a diario— que cuando encontramos un espacio seguro, algo dentro comienza a calmarse y a tomar forma.
Mi forma de acompañar es bastante directa y cálida. Escucho con atención, hago preguntas que invitan a mirar distinto, y busco que el proceso no se quede solo en hablar, sino en accionar. Me importa mucho que la terapia sirva. Que no solo se entienda lo que pasa, sino que se traduzca en cambios concretos y sostenibles.
Ser psicólogo no es liviano. Escuchar el dolor ajeno requiere mucha presencia, empatía y trabajo interno constante. Pero hay algo profundamente humano y transformador en ver cómo alguien que se sentía perdido comienza a validarse, a calmar su crítica interna, a hacer las paces con su historia. Esos momentos —cuando alguien vuelve a creer en sí mismo— me emocionan profundamente. A veces se me llenan los ojos de lágrimas, porque no puedo evitar ponerme en su piel.
Además de la clínica, me gusta aprender. La psicología no es solo mi profesión, también es mi camino personal. Estudio porque quiero entenderme mejor y acompañar mejor. Y cuando no estoy trabajando, probablemente me encuentres caminando por la ciudad, tomando clases de baile (con entusiasmo más que talento), saliendo con mis amigos o viendo lucha libre o Drag Race. Tengo un lado artístico que va y viene, y disfruto cuando puedo conectar con él.
Si llegaste hasta acá, gracias por leer. Si sentís que puedo acompañarte, te invito a que conversemos.
Mi modelo de atención se basa en la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) de tercera generación, uno de los enfoques con mayor respaldo científico en el ámbito de la salud mental. Aun así, cada proceso terapéutico es único. Por eso, mi trabajo se apoya en un enfoque integrativo, combinando técnicas de distintos modelos terapéuticos según las necesidades y objetivos de cada persona.
Actualmente formo parte del equipo clínico en dos centros de salud mental en Viña del Mar, y además, atiendo de manera online a personas en distintas regiones de Chile y del extranjero. Esta experiencia ha enriquecido profundamente mi práctica, dándome una mirada más amplia y sensible frente a la diversidad cultural y relacional de cada individuo.
Mi intención en cada proceso es que la persona se lleve herramientas concretas para aplicar en su vida, y sobre todo, una forma más amable y compasiva de relacionarse consigo misma.
Don’t approach it with a perfectionist mentality; accept the good enough. Expectations make us lose balance. High-wire artists make progress one step at a time. That’s why they don’t fall — they don’t worry about perfect; they only focus on moving forward lorem ispum destination.